La autorregulación emocional
La autorregulación emocional es capacidad para experimentar emociones (positivas o negativas) de forma moderada y flexible, así como la habilidad para manejarlas. Poseerla implica que la persona sea consciente de sus propias emociones, las exprese de forma adecuada y sepa controlarlas cuando dejan de ser necesarias.
nuestras reacciones emocionales sobre nosotros mismos. El temperamento es uno de los principales factores internos y hace referencia, por un lado, a nuestra sensibilidad para experimentar emociones y, por otro, a la intensidad con que reaccionamos frente a ellas.
La autorregulación emocional se caracteriza principalmente por elementos neurofisiológicos y cuenta con un importante componente hereditario. El temperamento es determinante a la hora de regular las emociones durante los primeros meses de vida en los niños. Así, habrá bebés con una mayor sensibilidad e intensidad frente a emociones -como el malestar- que serán más difíciles de calmar, mientras que otros bebés, bajo las mismas circunstancias, reaccionarán de forma más moderada.
La habilidad para manejar las emociones y sentimientos
La autorregulación emocional se caracteriza principalmente por elementos neurofisiológicos y cuenta con un importante componente hereditario. El temperamento es determinante a la hora de regular las emociones durante los primeros meses de vida en los niños
Estrategias de regulación emocional
Existen muchas estrategias de autorregulación emocional, y cada persona, siempre y cuando lo haga de forma funcional y adaptativa, puede aplicar las suyas propias. Sin embargo, las más frecuentes son las que verás a continuación.
1. Supresión de pensamientos
Esta estrategia consiste, como su propio nombre indica, en suprimir los pensamientos que nos producen malestar. De esta forma se busca cambiar el estado emocional, saliendo de la situación desagradable y yendo a una, imaginada o real, que no nos produzca tanto estrés.
Por ejemplo, si pensamos en una comentario negativo que nos han hecho hoy en el trabajo, el cual nos pone de muy mal humor, la alternativa sería intentar desenfocar la atención escuchando música o imaginando un paisaje bonito.
A pesar de que esta estrategia es muy común, sencilla y barata, no es eficaz a largo plazo. Es cierto que ofrece alivio temporal, pero normalmente los pensamientos de los que se estaba huyendo acaban volviendo con más fuerza
2. Reconsideración emocional
La estrategia de la reconsideración emocional, consiste en modificar la manera en la que interpretamos una situación para tratar de cambiar el impacto que ejerce sobre nuestro estado emocional.
Por ejemplo, si acabamos de romper con nuestra pareja está claro que vamos a sentir sentimientos negativos como tristeza, incertidumbre o miedo a no encontrar otra vez el amor.
Sin embargo, por medio del reappraisal podemos reconsiderar la situación, viendo su lado positivo. Por ejemplo, en este caso en concreto, podemos ver que romper con esa persona es un avance, dado que dejamos de tener un lastre en nuestra vida que nos impida desarrollarnos como personas plenas y felices.
La reconsideración emocional es una de las estrategias de autorregulación emocional más efectivas y adaptativas. De hecho es muy recurrente en la terapia cognitivo-conductual.
3. Distanciamiento cognitivo
El distanciamiento cognitivo consiste en tomar una postura independiente y neutral frente al evento o situación emocional que nos altera. Así somos capaces de reducir su impacto en nuestro estado mental, y es más sencillo escoger la respuesta que queremos dar.
Esto es complicado, pero de conseguirlo lo que se hace es reenfocar nuestro estado emocional, calmarnos y pensar fríamente qué tipo de respuesta queremos dar. Básicamente, el distanciamiento cognitivo nos ayuda a evitar que tomemos malas decisiones en el calor del momento.
¿Cómo mejorar esta habilidad?
En base a lo visto, queda claro que una buena autorregulación emocional es un factor de protección de psicopatología, además de evitar problemas a nivel social y laboral. Por ejemplo, poseer una buena capacidad para evitar que nuestros sentimientos nos controlen estando discutiendo con la pareja o con el jefe son formas de evitar la ruptura con nuestro novio o novia o acabar en el paro, respectivamente.
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